El tren Maya de AMLO, más que un proyecto ferroviario

El ferrocarril transpeninsular, mejor conocido como Tren Maya, es uno de los proyectos más importantes del programa de gobierno que el presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), planea desarrollar durante su administración.

De acuerdo con AMLO, este proyecto detonará la inversión y el desarrollo en la región sur del país, una de las más ignoradas en cuanto a proyectos de infraestructura y donde una gran parte de su población es pobre.

BNamericas conversó con Rogelio Jiménez Pons —a quien AMLO ha designado para dirigir el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) y quien será el responsable directo del desarrollo del proyecto— para conocer más acerca de la iniciativa que ha sido descrita como la que cambiará por completo el futuro de la región que albergó a la civilización maya.

BNamericas: ¿En qué etapa se encuentra el proyecto del Tren Maya? 

Jiménez: Estamos en el proceso de desarrollar los estudios ejecutivos de la línea. Ya se determinó la ruta, así como los derechos de vía por donde pasará el tren. En este momento, nuestros equipos están comenzando a preparar los estudios de mecánica de suelos y los que dan soporte al desarrollo del proyecto técnico. Otro equipo de especialistas está preparando las manifestaciones de impacto ambiental para que podamos determinar el impacto del proyecto y establecer las medidas de mitigación necesarias.

BNamericas: ¿También se van a licitar esos trabajos preliminares?

Jiménez: No. El gobierno tiene atribuciones para hacer muchos de ellos.

BNamericas: La inversión del proyecto será una combinación de fondos públicos y privados. En ese sentido, ¿cómo se compondrá esta inversión?

Jiménez: La inversión es de entre 120.000mn y 150.000mn de pesos [hasta US$7.954mn]. Se licitarán tres grandes tramos y la composición de los fondos dependerá de la participación privada. En los tramos donde hay más riesgo por parte del inversionista, el Estado va a invertir más. Estimamos que la inversión en el proyecto sea en promedio de 60% de fondos privados y 40% fondos públicos.  

BNamericas: ¿Se lanzarán concesiones para la operación de la línea en los tres tramos?

Jiménez: Estamos en proceso de definir eso, pues existen diferentes modalidades para realizar las licitaciones, sobre todo en lo que se refiere a la integración de obras. Es importante que el proyecto sea atractivo para los inversionistas y que también nos dé garantías de operación de largo plazo.

BNamericas: ¿Han estimado cómo se recuperaría la inversión?

Jiménez: Según nuestros asesores en el tema, en todo el mundo generalmente la construcción de líneas férreas de pasajeros es subsidiada debido a los beneficios sociales y económicos que generan en los lugares en que se construyen. Fonatur estará a cargo del proyecto porque este va a ir combinado con una estrategia inmobiliaria con reservas territoriales a lo largo de la ruta del tren. Más que nada, este es un proyecto de desarrollo social. Aunque se sabe que el tramo de Cancún-Tulum puede ser muy rentable, el resto de la ruta todavía no lo es. Por esa razón, estamos haciendo una planeación estratégica a detalle, para los próximos 50 a 100 años. El proyecto implica una apertura de nuevas regiones al turismo y al desarrollo, tal como cuando las primeras líneas férreas fueron construidas en México en el siglo XIX.

El objetivo es llevar el desarrollo hacia ciertas zonas, sobre todo a la parte sur de la península. El efecto económico se va a dar en la multiplicidad de grandes inversiones privadas que se pueden generar en esas zonas a partir de la construcción del tren. 

BNamericas: ¿Tendría entonces la línea férrea un uso mixto?

Jiménez: Así es. En las madrugadas, cuando el tren salga de Cancún, que es una ciudad dormitorio para mucha gente que trabaja a lo largo de la Riviera Maya, algunos de los vagones serán especiales para los trabajadores, con un costo razonable. Más tarde comenzarían a circular los vagones turísticos, donde brindaríamos el mejor servicio para poder cobrar la máxima tarifa aplicable, obviamente brindando un servicio de excelencia. El recorrido de Cancún a Palenque durará aproximadamente 9 horas. El tráfico de carga circularía por la noche.

BNamericas: De acuerdo con información oficial, en dos de los tres tramos del tren ya se cuenta con derechos de vía para aproximadamente la mitad del recorrido. ¿Cuál es la situación en las secciones restantes?

Jiménez: Vamos a utilizar tres derechos de vía: los del ferrocarril que ya existe, el de las carreteras y el de las líneas de alta tensión. La idea es que el proyecto cause el menor impacto social y ambiental posible. Para cualquier efecto ambiental, se implementarán las medidas de mitigación debidas. Paralelamente, el gobierno llevará a cabo un programa de reforestación para recuperar 100.000ha en toda la región, que también servirá para crear hasta 40.000 empleos.

En cuanto al tren, en algunos tramos vamos a instalar las líneas de conducción eléctrica existentes de manera subterránea y aprovechar el área donde actualmente se encuentran las torres que llevan esas líneas para construir la vía férrea.

Para involucrar a las comunidades, ya comenzamos a realizar consultas, particularmente en la zona de Calakmul. Estos grupos están planteando proteger la reserva de la biosfera y nosotros queremos ayudarles. Ya tenemos asegurado el 90% de los derechos de vía, por lo que las afectaciones del tren serán mínimas. AMLO tiene la propuesta de integrar como socios del proyecto a los propietarios y comunidades de los terrenos donde se construirá la vía.

BNamericas: ¿Las estaciones que aparecen en los mapas hasta ahora publicados para el proyecto son las definitivas?

Jiménez: Todavía habrá algunos ajustes. Por ejemplo, en una de las estaciones, que se ubicará en el aeropuerto internacional de Cancún, vimos la necesidad de construir un nodo de transporte para que la estación se conecte con autobuses suburbanos y foráneos, así como con un tren ligero más a futuro. Las estaciones tendrán que ser versátiles y convertirse en importantes centros de conexión, para que también sean centros inmobiliarios muy rentables. Es por esto que aún debemos definir bien los terrenos a dónde serán construidas. 

BNamericas: ¿La terminal del aeropuerto de Cancún será financiada por Asur, la concesionaria del aeropuerto?

Jiménez: Sí, Asur es el socio ideal para esto y la compañía está muy interesada. 

BNamericas: ¿En el llamado tramo Caribe, para la sección de Cancún a Tulum, se utilizará el diseño que había preparado el gobierno de Quintana Roo? 

Jiménez: No. La propuesta del gobierno local era que la línea transitara por el centro de la carretera que une las dos ciudades, pero nosotros estamos evaluando construirla en donde están ubicadas las líneas eléctricas. La propuesta del gobierno local era muy cara y nosotros buscamos una solución más económica. 

BNamericas: ¿Han definido el tipo de tecnología que usará el tren y la velocidad a la que irá?

Jiménez: Originalmente teníamos pensado una locomotora que utilizara biodiésel y tuviera una velocidad de hasta 160km/h. Aunque la velocidad se mantiene, los expertos nos están sugiriendo usar otro tipo de combustible. En los primeros años de operación de la línea, su capacidad será mayor que el número de trenes que en ella circularán. Después de 10 o 20 años, la línea estará funcionando a su entera capacidad.

BNamericas: Para la construcción de la línea, ¿se les dará prioridad a las compañías locales?

Jiménez: La idea es que las obras tengan un impacto local: primero a nivel municipal, después estatal, regional, y luego nacional. En el caso de la tecnología relacionada a los ferrocarriles, en México no se construyen locomotoras, por lo que en ese caso sí recurriremos a compañías internacionales.

BNamericas: ¿En qué invertirán el Gobierno Federal y los gobiernos estatales?

Jiménez: Para la parte fundamental del proyecto la inversión pública será del Gobierno Federal. Los gobiernos locales van a apoyar en lo preliminar y en los desarrollos que se realizarán en las zonas donde se construyan las estaciones. Y ya lo están haciendo al pagar algunos de los estudios iniciales. Además, nos van a aportar reservas territoriales e información sobre proyectos que ya tenían desarrollados.

BNamericas: ¿Cuáles son las fechas estimadas para lanzar las licitaciones y comenzar la construcción y la operación del proyecto?

Jiménez: Las construcciones preliminares empiezan en diciembre, ya que a veces el inicio de obra está sujeto a que cumpla con la normatividad ambiental y la obtención de los permisos, por eso estamos adelantando con los gobiernos estatales diferentes trámites relacionados con los usos de suelos.

Las licitaciones iniciales que se lanzarán en diciembre incluirán la parte del desarrollo del proyecto ejecutivo.

Planeamos terminar la línea en cuatro años y que empiece a operar en 2023. El proyecto debe ir acompañado del desarrollo de hoteles, acceso a las zonas arqueológicas y la construcción de otras atracciones turísticas. Todo esto tiene que lanzarse paralelo al tren.