Devolución de impuestos a los combustibles en Brasil estaría sujeta a inflación

Cualquier cambio en la política de precios de los combustibles de Petrobras y la devolución de impuestos federales a los derivados de petróleo y gas probablemente dependerán de la inflación que exhiba Brasil en los próximos meses, dijo el presidente ejecutivo de la consultora Box Asset Management, Fabrício Gonçalvez, en conversación con BNamericas.

La inflación se desaceleró desde el máximo del año pasado, de 12,1% registrado en abril, a 5,79% en diciembre, pero se mantiene por encima del objetivo del Banco Central de 3,25%.

Con una posición dominante en el sector de refino del país, la petrolera estatal utiliza la política de paridad de precios de importación (IPP), que considera las fluctuaciones del tipo de cambio, el precio internacional del petróleo y los costos de flete.

Sin embargo, la compañía ha mantenido los precios de los derivados con respecto a los importadores y refinadores privados con el argumento de que quiere evitar trasladar a los consumidores el impacto de la volatilidad del mercado exterior.

El próximo presidente ejecutivo de Petrobras, Jean Paul Prates —cuyo nombramiento por parte del presidente Luiz Inácio Lula da Silva lo confirmó el viernes el ministro de Energía, Alexandre Silveira— señaló recientemente que no habrá intervención del gobierno en el precio de los combustibles.

Pero Prates también aseveró que está a favor de precios de referencia regionales para los combustibles, que se basarían en los costos de refinación local más un margen de utilidad.

“A corto plazo, creo que es poco probable que haya un cambio en la política de precios actual. Pero eso va a depender del mercado y de la inflación, entre otras condiciones”, advirtió Gonçalvez.

El primer día hábil (2 de enero) del nuevo gobierno, Lula firmó una medida provisional que prorroga una exención de impuestos federales para los combustibles.

Esta exonera de los impuestos PIS/Pasep y Cofins a la gasolina y al etanol, así como al queroseno de aviación y al gas natural vehicular, hasta el 28 de febrero. En el caso del diésel y del gas licuado de petróleo, estará vigente hasta el 31 de diciembre.

Antes de que Lula asumiera, su equipo de transición consideraba revertir las exenciones que se implementaron el año pasado para fortalecer las finanzas públicas. Se estima que el restablecimiento de los impuestos al combustible aumentaría los ingresos del gobierno hasta en 53.000 millones de reales (US$10.400 millones) solo en 2023.

Los aliados advirtieron a Lula que los precios más altos del combustible probablemente dañarían su popularidad al comienzo de su mandato, y optó por continuar con la política del expresidente Jair Bolsonaro.

Gonçalvez espera que la administración reanude los impuestos sobre la gasolina, el etanol y el gas para cocinar en marzo. “Pero esto dependerá principalmente de cómo se comporte la inflación en este período”, comentó.