Bajo la lupa: El problema crónico del robo de gasolina en México

La petrolera mexicana Pemex reportó un gran número de robos desde oleoductos en la última semana, mientras que los incidentes aumentaron hasta 50% en el primer semestre respecto de igual período de 2017.

El 16 de agosto se registró un incendio en Villagrán, en el estado de Guanajuato, tras una toma clandestina en el poliducto Tula-Salamanca. El día anterior, 20 personas necesitaron atención médica luego de una fuga causada por el robo de combustible en Ciudad Madero en el ducto Cadereyta-Madero, en el estado de Tamaulipas, según medios locales. El 13 de agosto, una toma clandestina en un ducto de GLP requirió la suspensión del sistema de transporte Cactus-Venta de Carpio-Guadalajara.

Pemex sufrió 1.060 tomas clandestinas en junio y registra un promedio de 1.265 incidentes al mes este año.

La petrolera estatal no cuenta con seguro contra las tomas clandestinas y si bien no revela datos sobre el volumen ni el valor de lo robado en gasolina y diésel en sus informes anuales, su director general Carlos Murrieta dijo en abril que la compañía estaba perdiendo US$1.650mn al año debido al problema.

En función del valor durante 2017 de las importaciones de gasolina de Pemex, el monto total de la gasolina consumida en México ese año ascendió a US$21.400mn. Aunque la gasolina no es necesariamente el único producto que sufre tomas clandestinas —el diésel y el queroseno también son susceptibles de robo—, la cifra sugiere que hasta el 7% de la demanda de gasolina está cubierta por el mercado informal.

Si el aumento de cerca de 50% de los incidentes persiste durante el resto del año, es probable que ese porcentaje aumente notablemente en 2018.

De ello se desprende la interrogante de si esto es posible sin una colusión del gobierno o funcionarios de Pemex, y diversos artículos en medios locales han destacado la relación entre el robo de combustible y la corrupción.

México tendrá un nuevo presidente el 1 de diciembre en el "año de Hidalgo", frase que alude al último año de un gobierno en que solo un tonto dejaría algo para una administración entrante. Para un funcionario corrupto que está a punto de perder su trabajo, este es el momento adecuado para que los negocios mejoren y, tradicionalmente, se sabe que prácticas corruptas particularmente agresivas tienen lugar en los años electorales en México.

No obstante, el robo de combustible ha aumentado marcadamente en México durante los últimos seis años, y ahora se ha convertido casi en una parte estructural de la economía. La forma en que se resuelva el problema será uno de los principales indicadores del nuevo gobierno.