Brasil fija objetivo de 100 licitaciones de infraestructura para fines de 2022

El Gobierno brasileño insiste en que durante el resto del mandato del presidente Jair Bolsonaro, que finaliza en 2022, se ofrecerá a las partes interesadas una lista importante de proyectos de infraestructura a través de licitaciones, a pesar de los efectos negativos de la crisis sanitaria en el sentimiento de los inversionistas globales.

“Tenemos el programa de concesiones más grande del mundo que aportará una avalancha de efectivo del sector privado a la economía. Hablamos de una revolución en términos de infraestructura. Estoy seguro de que el inversionista entrará porque Brasil tiene un historial de respeto de contratos”, dijo el ministro de Infraestructura, Tarcisio Freitas, durante el seminario web Invest in Brasil Infrastructure, diseñado para presentar proyectos a los inversionistas.

Según Martha Seiller, directora del programa de concesiones y privatizaciones PPI del gobierno, que también participó en el evento en línea, el objetivo es realizar más de 100 licitaciones para concesiones de infraestructura antes de que finalice la administración actual en diciembre de 2022.

Durante el 2S, el gobierno tiene la intención de lanzar 44 nuevas licitaciones, con 14 subastas que se realizarán en los últimos cinco meses del año, incluidos los procesos de licitación de 11 terminales portuarias y la concesión de la Ferrovia Integração Oeste-Leste (FIOL), así como las carreteras BR-153 y BR-163.

Otras 30 licitaciones deberían llevarse a cabo el 1T21, entre ellas, tres bloques de aeropuertos y la vía Nova Dutra. "Mantenemos nuestro objetivo de contratar 250.000 millones de reales (US$48.500mn) en inversiones solo en el Ministerio de Infraestructura", aseveró Freitas.

Según los analistas, aunque la agenda del gobierno con respecto a proyectos de infraestructura podría considerarse demasiado ambiciosa, sigue siendo un paso en la dirección correcta.

"Quizás 100 licitaciones podrían ser un poco exageradas, pero esta estrategia es correcta, porque cuando se tienen varios proyectos aumenta el interés de los inversionistas globales", explicó a BNamericas Frederico Araujo Turolla, experto en infraestructura de la consultora Pezco Economics.

"Los grandes inversionistas, como los fondos de pensiones y los fondos de riqueza soberana, comienzan a mirar los proyectos de un país específico cuando se ofrecen varios activos. Cuando solo hay unos pocos, estos grandes inversionistas no contratan a sus equipos para evaluarlos, incluso si hay un proyecto individualmente atractivo", puntualizó Turolla.

EL TOQUE ECOLÓGICO

En medio de una protesta mundial por mejorar las políticas ambientales nacionales, el Gobierno brasileño pretende agregar un toque ecológico a sus proyectos de infraestructura.

La autoridad tiene la intención de permitir que se financien más proyectos a través de bonos verdes.

Además de los proyectos en los sectores ferroviario y portuario, el gobierno planea hacer que otros sectores sean elegibles para financiamiento utilizando el mecanismo de bonos verdes.

Según el ministro de Desarrollo Regional, Rogerio Marinho, quien también participó en el seminario web, actualmente estudia cambios a la estructura de financiamiento de los fondos de desarrollo regional para permitirles aprovechar estos bonos.

"Los proyectos sustentables terminan dependiendo de una financiación más barata, no porque a los bancos o los inversionistas les guste, sino porque estas iniciativas terminan alcanzando un mayor número de bolsillos, más inversión global, y esto genera la reducción de los costos de recaudación de fondos", valoró Fábio Carrara, fundador y presidente ejecutivo de Solfácil, la primer fintech brasileña especializada en financiar la instalación de paneles solares residenciales. Solfácil recibió recientemente una inyección de la firma de capital de riesgo Valor Capital Group.

Las críticas generalizadas a las políticas ambientales del gobierno de Bolsonaro han perjudicado a las principales empresas del país. Varios fondos globales han retirado efectivo de algunas de estas compañías, como la local de productos cárnicos JBS, la minera Vale y la eléctrica Eletrobras, y algunos inversionistas han criticado sus débiles políticas ambientales.

Esta semana, un grupo de empresarios, incluidos representantes de entidades de la talla de Itaú Unibanco, Santander Brasil, la compañía de papel y celulosa Klabin, la firma de procesamiento de aluminio Alcoa y Microsoft, entre otros, se reunieron con el presidente de la Cámara Baja del Congreso de Brasil, Rodrigo Maia, para pedir que la agenda legislativa de este año se centre en temas ambientales, como la regularización de terrenos en las áreas de la selva tropical, las normas de licencia ambiental y la creación de un mercado de carbono en Brasil.