La receta de la chilena Edyce para convertirse en un importante proveedor minero

La chilena Edyce fabrica estructuras metálicas mediante un modelo de modularización, brinda servicios de ingeniería para operaciones mineras, gestiona la logística y ofrece otras soluciones de construcción.

En su planta ubicada en Talcahuano, en la Región del Biobío, ha fabricado estructuras para Los Pelambres; trabajó en el proyecto de infraestructura complementaria (INCO), en Los Pelambres; en la planta de desalinización de Collahuasi; en Quebrada Blanca II, de Teck; en Minera Spence; en CMP; en plantas de litio de SQM y Albemarle, entre muchas otras.

BNamericas conversó con Tomás Fisher, gerente general corporativo de la compañía, para saber cómo la empresa atiende las necesidades de la industria minera.

BNamericas: ¿Cómo surgió el vínculo con la minería en Chile?

Fisher: Desde que se originó la empresa, pero particularmente en las décadas de 1990 y 2000 vino una explosión de proyectos en la minería del cobre y logramos consolidarnos como la empresa más grande en la fabricación de estructuras metálicas y montajes para la industria, tanto en Chile como Sudamérica. 

Actualmente, nuestra planta en Talcahuano tiene capacidad para fabricar hasta 3.000t al mes de estructuras metálicas. 

BNamericas: ¿Cómo fabrican en la planta de Talcahuano?

Fisher: La planta tiene 150.000m2 y sobre veinte galpones industriales con maquinarias CNC [control numérico computarizado], todo automático y tecnificado. Desde ahí exportamos al mercado chileno y latinoamericano. 

BNamericas: ¿Cuál es la producción promedio anual de la planta? 

Fisher: Varía entre 1.500t a 2.000t por mes. Pero, años atrás tuvimos un boom de proyectos mineros y sacamos en el orden de 3.000t/mes por bastante tiempo. 

BNamericas: Con ese volumen y el traslado de carga, ¿cómo abordan las prácticas de responsabilidad ambiental?   

Fisher: Siempre hemos estado en la misma ubicación y ya tenemos un lazo estrecho con las comunidades, generando empleo y estamos involucrados en distintas iniciativas con las autoridades locales y asociación. 

Estamos, además, en un sector industrial de Talcahuano, donde también está la planta de Huachipato [de CAP], la planta de ENAP, el grupo Ultramar, Inchalam, y varias más, por lo que muchas iniciativas en torno a temas ambientales o comunitarios los abordamos en conjunto. 

El servicio de modularización ha sido un gran aporte porque antes las empresas montajistas y de construcción compraban los suministros por separados, y llevaban todo a terreno. Nosotros, en cambio, fabricamos en nuestras instalaciones y luego los transportamos vía terrestre o marítima. Somos la única maestranza con acceso directo a puerto.

El desempeño en la fábrica nos permite operar en un ambiente controlado, manejando mejor los términos ambientales. Es decir, al no realizar las estructuras en terreno, se contamina menos, se usan menos recursos, pasan menos camiones, hay menos ruido y menos faenas húmedas.

BNamericas: ¿De dónde proviene el acero que utilizan? 

Fisher: Tenemos un stock de casi 10.000t de planchas de acero con espesores muy altos que no existen en Chile. Por lo tanto, importamos, ya que aquí no hay usinas o metalúrgicas más allá de Huachipato o Gerdau, cuyas empresas fabrican con espesores más bajos que son útiles para la carpintería metálica. 

La industria minera en Chile requiere infraestructuras potentes para soportar los procesos mineros, tienen molinos, equipos intercambiadores de calor, etc. Compramos principalmente en China, pero también tenemos acuerdos con proveedores como Hyundai, Samsung o Cumic que son líderes en términos de calidad.

BNamericas: ¿Qué estructuras importantes han realizado para la minería chilena? 

Fisher: En 2013 fabricamos un stockpile para acopiar el mineral de Gabriela Mistral, y también para Codelco en Ministro Hales hicimos un edificio de molienda que ocupó cerca de 5.000t. También hemos trabajado para Codelco Andina, y en Radomiro Tomic, donde tenemos un proyecto para instalar una chancadora.  

En la planta desaladora de INCO fabricamos el 100% de los requerimientos, instalando cerca de 6.000t de estructura, similar a un edificio de proceso minero entero, que fueron enviados por barco.

Para CMP tenemos que reconstruir los sistemas de polvo de tratamiento de partículas y rehacer el stockpile para ajustarse a los estándares ambientales actuales.

BNamericas: ¿Cuál es la tendencia de la minería en Chile? 

Fisher: Los proyectos brownfield, y las ampliaciones. En la minería del cobre y hierro se está invirtiendo mucho en proyectos de mejoras o continuidad operacional. Son inversiones muy altas, porque una ampliación es prácticamente instalar una planta entera que va adosada a la actual. 

La mayor complejidad se da cuando la construcción anterior es muy distinta, y se deben agregar instalaciones con los actuales parámetros ambientales y comunitarios. 

BNamericas: ¿Existen diferencias entre las estructuras que van al mar a las de zonas terrestres? 

Fisher: La principal diferencia está en la forma de recubrir las estructuras por el ambiente altamente salino y corrosivo, porque estructuralmente no es muy distinto, ya que el acero resiste todo. Ahora estamos haciendo el muelle para la desaladora de Collahuasi, y toda la estructura y recubrimiento ha sido revisada con proveedores de pinturas, como Sherwin Williams, para buscar opciones que puedan convivir con el ambiente marítimo.

BNamericas: ¿Cuál es la diferencia entre las estructuras utilizadas para la producción de cobre y litio?   

Fisher: Entre 2010 a 2015 la minería del cobre era el 80% de nuestro portafolio y el resto hierro. Los años pasados fueron más lentos, pero al hablar con los actores del mercado y las empresas de ingeniería, vemos una buena perspectiva con respecto al nivel de proyectos que se vienen. Por otro lado, las demandas de cobre hace que los proyectos de ampliación, mejoras o de continuidad, se activen. 

En litio el nivel de demanda ha ido aumentando de forma tal que mientras construyes van surgiendo otros proyectos. Actualmente, estamos fabricando para las plantas de nitrato de carbonato y de hidróxido de SQM y para la ampliación de la planta La Negra, de Albemarle. El nivel de inversión es tremendo. 

Con SQM, por ejemplo, tenemos que suscribir contratos marco porque el nivel de inversión ha sido tan cambiante que de repente se construía un edificio y luego decidían modificarlo para el doble de la capacidad. Esto porque mientras se avanzaba seguían aumentando brutalmente las proyecciones de la demanda futura del litio.

BNamericas: ¿Cómo está el mercado a nivel latinoamericano?

Fisher: Tenemos una red de clientes internacionales importante. El mayor volumen de exportación en los últimos 10 años ha sido para Panamá. Específicamente para el proyecto Cobre Panamá exportamos más de 7.000t de estructuras y calderillas en dos años. 

Este año nuestra gerencia estará exclusivamente abordando la internacionalización con la idea de consolidarnos como un exportador de estructuras para proyectos mineros e industriales en Perú, Argentina, Bolivia, Colombia y Panamá. El desafío es lograr una línea permanente a partir de 2023.