Distribuidoras eléctricas brasileñas deberán experimentar cambio radical

Brasil necesita crear las condiciones para que las distribuidoras eléctricas con concesiones que expiran en los próximos años se conviertan en facilitadoras de la apertura del mercado.

Las concesionarias deberían pasar a ser operadores del sistema de distribución, como ocurre en EE.UU., Europa y Colombia.

BNamericas conversa con el director de asuntos estratégicos de la consultora Thymos Energia, Jovanio Santos, para entender por qué es necesario este cambio y qué implica.

BNamericas: ¿Cuáles son las perspectivas para el mercado de energía renovable?

Santos: La expansión de la matriz eléctrica brasileña estará basada en las fuentes renovables. Es un hecho. Tenemos más o menos 190GW de capacidad instalada y más de 200GW de solicitudes de subvención presentadas para análisis de la agencia reguladora [Aneel], que consisten básicamente en proyectos solares y eólicos.

BNamericas: ¿Cuál es la factibilidad de los proyectos greenfield ahora que el precio de referencia del mercado libre es bajo, las tasas de interés son elevadas y la generación distribuida se está expandiendo?

Santos: De hecho, estamos en un momento de hidrología superpositiva y nuestra expectativa es que el precio se mantenga bajo durante los próximos tres años, ya que los embalses están en niveles muy altos.

Otro factor importante que puede influir en la baja del precio es la energía descontratada de Eletrobras.

Un punto a destacar es que el capex de los proyectos solares ha venido disminuyendo gracias a la caída del precio de los módulos y el tipo de cambio [en los últimos meses].

En energía eólica, se observa una disminución muy significativa en el gasto de capital en los últimos 10 años. Sin embargo, no creo que esta caída continúe en la próxima década, ya que la madurez de la tecnología está bien consolidada. Por otro lado, los proveedores internacionales de aerogeneradores se han ido de Brasil.

Brasil no ha visto un aumento significativo en la demanda en los últimos años debido a varios factores económicos. En paralelo, hubo una expansión de la generación distribuida que le ha quitado carga al sistema.

Lo que sabemos es que la acumulación de proyectos renovables es enorme. ¿Cómo crear demanda entonces? Una vía es la electrificación del transporte público, el transporte de carga y los vehículos ligeros. Otros caminos posibles son combinar esta energía con producción de hidrógeno verde y autoproducción de energía. Esto podría dar liquidez a los proyectos y hacerlos despegar.

BNamericas: ¿Cómo se conecta este escenario con la discusión sobre la renovación de las concesiones de distribución?

Santos: Las concesiones son de largo plazo, 30 años. Hay un componente importante, que es la apertura del mercado, especialmente para los consumidores minoristas. La oportunidad de hacer un cambio es ahora, porque tal como está, la concesión es un inhibidor de nuevas soluciones y productos tecnológicos.

Estuve en Colombia hace poco y el distribuidor allí ya está comenzando a dar servicios. Es lo que llamamos un operador del sistema de distribución, o DSO, que puede dar servicios y ser catalizador para la apertura del mercado, por ejemplo, al poseer activos de generación distribuida y sistemas de almacenamiento para promover un mejor equilibrio de servicios auxiliares para los clientes finales. Este modelo también tiene mucho éxito en Europa y Estados Unidos.

Necesitamos crear las condiciones para que las distribuidoras cuyas concesiones caducan en los próximos años, que atienden a más del 60% de los consumidores del país, sean facilitadoras de la apertura del mercado.

BNamericas: ¿Con qué tipo de distribuidora estamos tratando?

Santos: Con los denominados operadores de redes de distribución, o DNO.

Aquí también está el tema de la medición: la medición de la Cámara de Comercialización de Energía Eléctrica (CCEE) es única e individual. Hoy existen 32.000 unidades de consumo individualizadas en la CCEE. La apertura propuesta en 2024 podría representar potencialmente la adición de 72.000 unidades de consumo, por lo que habrá más de 100.000 en la CCEE.

Cuando se abra el mercado a baja tensión, habrá otros 7 millones de unidades en 2026 y 67 millones en 2028. Eso sin contar el alumbrado público ni los consumidores de menores ingresos, que no creemos que migren [al mercado libre].

Hoy, la CCEE enfrenta limitaciones de TI para medir y obtener el número actual. El modelo de agregación de mediciones es fundamental para una apertura sostenible del mercado.

BNamericas: Thymos certificó recientemente los beneficios ambientales de Mosaic Fertilizantes por el uso de energía renovable. ¿Cuál es el diferencial de su certificación y cómo es la demanda de este tipo de servicio en el país?

Santos: Esta fue una metodología que desarrollamos durante aproximadamente año y medio. A través de la investigación de mercado, identificamos que, cuando las empresas abordaban el tema ambiental, no existía una cuantificación efectiva de los beneficios ambientales. Los I-REC [certificados de energía renovable], por ejemplo, solo califican que la energía que se utiliza es renovable.

Nos dimos cuenta de que muchas empresas, hasta el día de hoy, no conectan de manera efectiva sus acciones ESG con alguna práctica o ancla que esté consolidada o sea suficientemente sólida.

Entonces, tratamos de tener en cuenta dos aspectos: la cuantificación del beneficio ambiental, es decir, cuántas toneladas de CO2 equivalente [tCO2e] ha dejado de emitir un agente, y qué acciones estén vinculadas a las metas de sostenibilidad de Naciones Unidas, incluidos el uso de fuentes limpias y energías renovables y la lucha contra el cambio climático.

Ya se han certificado un total de 62 clientes de Thymos, lo que ha ayudado a dejar de emitir más de 121 000tCO2e.