"Teníamos que tocar fondo"

El sector minero de Colombia ha experimentado este año dos momentos que lo han marcado: primero, los electores que participaron en un referendo realizado en el municipio de Cajamarca dijeron no a la minería casi en forma unánime. Y un mes después, la compañía sudafricana AngloGold Ashanti suspendió el proyecto La Colosa, el depósito aurífero sin explotar más grandes del país, ubicado en Cajamarca.

El plebiscito fue posible gracias a un dictamen judicial de 2016 que declaró inconstitucional un artículo del código minero que impide a los municipios declarar zonas donde no puedan desarrollarse actividades mineras. Otros municipios también planean realizar sus propias consultas populares.

¿Qué debe hacer Colombia, donde el Gobierno Central está a favor de la minería, para enfrentar la oposición local? De acuerdo con el presidente de la Asociación Colombiana de Minería, Santiago Ángel, la respuesta consiste en elaborar una política nacional que estipule un procedimiento para resolver este tipo de conflictos.

BNamericas: ¿Cuál fue el impacto de la suspensión de La Colosa en términos de inversión en el país y como señal?

Ángel: Hay situaciones como la de La Colosa, que son noticias muy malas para el mercado, pero por otro lado, también está lo que ocurre con Continental Gold, que avanza con sus inversiones. Es decir, en Colombia tenemos de dulce y agraz. Esto significa que, lamentablemente, no existe un patrón único para todos. Depende del proyecto, de la provincia, de la aceptación local de la iniciativa.

BNamericas: Así es. Pese a lo de La Colosa, los proyectos Buriticá y San Ramón han seguido avanzando. Ambos son iniciativas de pequeña escala, subterráneas. ¿Es verdad que este tipo de proyecto tiene mejor aceptación por parte de las comunidades? ¿O será que estas compañías realizan un mejor trabajo en términos de la participación de las comunidades y autoridades locales?

Ángel: Yo creo que tiene que ver más con la forma en la que se abordan las expectativas [locales] y su historial con la minería. ¿Qué tienen en común San Ramón, Antioquia Gold y Continental? Están en la misma región, Antioquia. Es como lo que ocurre en Argentina. Hay regiones donde aceptan la minería, que tienen un historial de actividades mineras y no le temen a las labores de extracción, especialmente de oro. Hay regiones que no tienen pasado minero a ninguna escala, por lo tanto, el rechazo es muy superior. Hay que esforzarse mucho más en una región que no tiene antecedentes mineros. Si hay una trayectoria minera, algún tipo de tradición, eso marca la diferencia.

BNamericas: Usted dijo que el debate en torno a si Colombia debiese o no ser un país minero sigue en pie. ¿Es este un debate de tipo civil o sigue siendo un tema a nivel gubernamental?

Ángel: El debate comenzó con la sociedad civil y ahora es una discusión política. No solo a nivel de gobierno, sino que también de políticos, senadores, jueces. No hemos sido capaces de comprender los beneficios de la minería para nuestro país. Nos preocupan temas que no tienen asidero técnico como que la minería acapara el agua o produce terremotos. Cuando se conversa este tema entre personas bien informadas, nadie creería lo que acabo de decir, pero cuando te diriges a la opinión pública, a las regiones que no tienen una tradición minera, allí creen que sí es cierto, por lo que se genera una resistencia muy fuerte. Y en ese caso, ¿qué cree usted que haría un político? Obviamente que apoyar a las comunidades. Eso es lo que ocurre ahora. Aunque actualmente la minería a gran escala utiliza las mejores prácticas del mundo, todavía hay muchas interrogantes. Especialmente ahora que el debate es mayor cuando se trata del oro que el resto de los demás sectores.

BNamericas: ¿El país no cuestiona la minería de carbón, por ejemplo?

Ángel: Sí, pero existe una tradición. Y nuevamente, no ocurre en todas las regiones. Si va a Antioquia donde se ha extraído oro durante cientos de años, o a la provincia de California, no existen esas dudas. Pero si va a una región nueva con pasado agrícola, allí sí habrá interrogantes. Lo bueno o lo malo, depende de cómo se vea, es que esto no ocurre únicamente en Colombia. Es algo a nivel global.

BNamericas: ¿Existe algún indicio de cambios al código minero?

Ángel: Siempre se dice que el problema es el código minero, pero creo que esa es una discusión de menor importancia. Existe la creencia de que cuando se modifique el código, todo estará en orden y eso no es verdad. Es necesario establecer una política pública, crear ferias, exhibir las minas, enseñarle a la gente. Hay que enviar un mensaje sólido. No creo que la solución a todo sea cambiar el código minero. Podría modificarse, siempre podría mejorar, pero creo que debemos tener un punto de vista mucho más integral.

BNamericas: Usted dijo que Colombia tiene la geología para convertirse en un país minero aunque no tiene un entorno regulador adecuado, algo que, no obstante, se puede corregir con voluntad política. ¿Existe esa voluntad política?

Ángel: Creo que sí. Teníamos que tocar fondo para ver que había mucho por solucionar y La Colosa nos ayudó con ese debate. ¿Qué estamos perdiendo? Es la primera vez que un proyecto de gran envergadura se suspende, esto no había ocurrido nunca antes en Colombia. Se dijo: "Está bien, suspenderemos las operaciones del proyecto hasta que todo se aclare". En estos momentos estamos trabajando con el gobierno. Ellos están muy preocupados del tema y de cómo solucionar las cosas.

El problema es que el actual período presidencial está por terminar y nos queda poco tiempo, por lo tanto necesitamos del apoyo de este gobierno y del próximo para avanzar con una política pública nacional. Pero el problema no es el gobierno; el gobierno apoya la minería. Necesitamos una política pública nacional. El Congreso, los jueces, el pueblo, todos debemos mirar la minería como una forma de vida, de la manera que lo hacen en Perú, en Chile o en Canadá. Hay que cambiar la opinión pública de la minería. Hay que entregar mejor información a las personas para que piensen que la minería es buena para ellas, buena para el mundo, algo que todos necesitamos.

BNamericas: Respecto a La Colosa y la posibilidad de que se lleven a cabo referendos en otros municipios, ¿de qué manera la industria maneja la cada vez mayor cantidad de capas de complejidad creadas por el aumento de la influencia local sobre la actividad minera?

Ángel: Eso es lo que ocurre en Argentina: ¿De qué forma cambiamos y tenemos solo una política pública? El problema es que este es un caso en el que hay dos partes en conflicto. Las provincias y el Gobierno Central no están de acuerdo y la compañía está en medio de ambos. Es una decisión política extremadamente compleja, pero es una decisión política. ¿Cómo lo hizo Ecuador? Todo pasa por el Gobierno Central. No tienes que preguntarle a nadie en la región. En Colombia era así antes de que los tribunales cambiaran el sistema. Ahora te dicen "Usted debe lograr que ambas partes estén de acuerdo". ¿Y qué ocurre si no lo están? ¿Cómo resolvemos el problema? Esa es la gran pregunta que nos hacemos ahora en Colombia. Cuando ambas partes están de acuerdo, la decisión es fácil. ¿Qué pasa cuando discrepan? Ese es el problema con La Colosa. Las provincias no están de acuerdo con el proyecto, pero el Gobierno Central sí lo aprueba.

Por lo tanto, en la mitad del conflicto, ¿qué hizo la compañía? Dijimos: "Resuelvan sus problemas y cuando lo hagan, llámennos, estaremos aquí". Eso es lo que tenemos que solucionar: ¿quién será el juez? Por eso digo que necesitamos una ley del Congreso que nos diga quién toma la decisión final cuando las provincias y el Gobierno Central​ disienten. No tenemos certidumbre legal porque ambos tienen su cuota de poder. Ese es el problema en este momento.

Las regiones quieren tener opinión y es justo. El Gobierno Central quiere tener opinión y es justo. Pero al final, la compañía no puede estar en medio de la pelea. En estos momentos estamos en medio de la crisis. ¿Se resolverá? Estoy seguro de que así será. Es un tema prioritario en el debate presidencial, no solo la minería, sino que también el petróleo.

BNamericas: Pero incluso si un tercero falla a favor del proyecto en un caso como La Colosa, ¿cómo podrá la compañía volver atrás y enfrentar a esta comunidad cuyo 98% dijo claramente que no acepta el proyecto?

Ángel: Esa es la otra parte en la que debemos trabajar. Toda nuestra estrategia y modelo de relaciones con los accionistas fue a través del Gobierno Central. Tenemos que hacer nuestra parte. Como empresa necesitamos que las personas acepten los proyectos y para ello hay que explicarles de mejor manera cuáles son los beneficios que obtendrán porque no están conscientes de cuáles son estos beneficios.