Proyecto de ley chileno para retirar generación fósil a 2030 será estudiado más en detalle en el Senado

Una propuesta de ley que traería una sentencia de muerte para la generación a base de combustibles fósiles en la red eléctrica de Chile se someterá a mayor análisis en el Senado.

Según la iniciativa presentada el año pasado, la electricidad generada en plantas cuya fuente principal es la combustión fósil no se podrá inyectar en la red a partir de 2030, medida que recibió apoyo de varios sectores, pero que también generó preocupaciones por su viabilidad.

La potencia instalada del país alcanza 32GW, considerando tanto centrales en operación como aquellas en fase de pruebas. Se compone de alrededor de un 42% de plantas térmicas, un 37% de energías renovables no convencionales (ENRC) y un 27% de hidroelectricidad.

El proyecto de ley fue aprobado en sesión plenaria, pero esta semana fue devuelto a la comisión de minería y energía, donde ya se había debatido. Los senadores de la comisión tienen hasta el 14 de abril para discutir la propuesta con el nuevo gobierno —que asumió la semana pasada—, así como con expertos y comunidades.

Probablemente la implementación de la ley requiera una expansión acelerada de nueva generación, con la posible inclusión de hidrógeno verde y soluciones de almacenamiento, así como la puesta en marcha de una nueva línea de transmisión que se completará para 2030 a fin de mejorar el despacho de electricidad de fuentes renovables desde el norte. Como importador de hidrocarburos, Chile está expuesto a las fluctuaciones de los precios internacionales.

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El texto del proyecto original no menciona el almacenamiento de baterías, pero contiene un párrafo sobre hidrógeno verde como posible solución de almacenamiento energético.

El senador David Sandoval, del partido de derecha UDI, apoyó los objetivos del proyecto de ley, pero advirtió que se requiere un nuevo informe.

 “Entiendo que, en la comisión de minería, expertos plantearon que, si esto se convierte en ley, hay que instalar un sistema alternativo, pero eso implica un trabajo no menor a 15 años. Además, el nuevo Ejecutivo debe dar su opinión sobre esto”.

Yasna Provoste, del centrista Partido Demócrata Cristiano y excandidata presidencial, está entre los autores de la iniciativa. Señaló que la medida apoya los esfuerzos globales para acelerar la transición energética y se alinea con el proyecto de ley de cambio climático aprobado recientemente en el país.

Alejandra Sepúlveda, del partido Federación Verde Regionalista Social, concordó en la necesidad de profundizar el análisis de la fecha límite propuesta de 2030.

Si la propuesta legislativa es aprobada por el Senado, pasaría a la Cámara Baja para su debate.

Chile tiene como objetivo alcanzar la neutralidad en carbono para 2050 y, según sus planes actuales, pretende retirar sus centrales a carbón para 2040.

Según un informe de 2021 de la Comisión Nacional de Energía (CNE), unos 1,5GW de nueva capacidad de ERNC entrarían en funcionamiento en 2022. De los nuevos proyectos, el 75% son solares, el 20% eólicos y el resto plantas a biomasa y pequeñas hidroeléctricas. Esta cartera probablemente crecerá a medida que avance el año y nuevos proyectos programen el inicio de sus operaciones.