Chile eleva 25,7% cartera de proyectos mineros para US$104.549 millones hasta 2034

La nueva cartera de inversión minera de Chile para 2025–2034 asciende a US$104.549 millones, el monto más alto en 11 años y que marca un incremento de 25,7% frente al catastro previo, en un impulso que refuerza la recuperación del ciclo. 

La ministra de minería, Aurora Williams, indicó que el aumento equivale a US$21.369 millones por sobre la cartera 2024–2033, lo que “demuestra confianza en nuestro país y en la capacidad del sector para avanzar hacia una minería más moderna, sostenible y competitiva”, según un comunicado. 

El catastro considera proyectos públicos y privados de la gran y mediana minería, metálica y no metálica, con inversiones iguales o superiores a US$70 millones que están en ejecución, evaluación o con intención de materializarse durante la década que incluye este año.

La cartera refleja un segundo año consecutivo de expansión y el sostenido interés de las compañías por iniciativas de reposición, optimización, ampliación y reactivación de iniciativas postergadas, principalmente en las regiones del norte: Antofagasta, Atacama, Tarapacá y Coquimbo.

En línea con precios sólidos del mercado, los proyectos de cobre representan 89,8% de la inversión total. Se proyecta en el período 2025–2034 se proyecta una producción incremental de 3,61Mt de cobre fino, compuesta por 3,12Mt de concentrado y 490.000t de cátodos, considerando proyectos nuevos, expansiones y reposiciones que reemplazan la capacidad actual, según una presentación de Cochilco.

Entre los proyectos de mayor escala destacan la nueva concentradora en Collahuasi (4ª línea) y la nueva concentradora Los Colorados en Escondida que involucra una inversión de alrededor US$ 5.900 millones, ambos en fase de prefactibilidad.  

Entre los nuevos proyectos figura Salares Altoandinos, iniciativa de litio de la asociación público-privada Enami y Rio Tinto, con una inversión estimada en US$3.200 millones. 

Este año se han anunciado inversiones en litio por US$4.700 millones, más del doble de lo considerado hace cuatro años. Este mineral "se consolida como un componente estable y estratégico dentro del portafolio minero de la próxima década”, destacó el ministerio de minería en un informe.

En el catastro de Cochilco, 81% corresponde a proyectos brownfield enfocados en optimización y ampliaciones, mientras que los greenfield representan 19%. En cuanto al avance, 41% de las iniciativas está en ejecución - ingeniería de detalle, construcción o puesta en marcha - y el resto se distribuye entre prefactibilidad, factibilidad y estudios conceptuales.

El universo de proyectos es heterogéneo: algunos presentan mayor certeza, otros dependen de definiciones técnicas, ambientales o financieras, y varios requieren permisos, acuerdos comunitarios o decisiones formales de inversión.

Las inversiones se concentran fuertemente en 2030–2034, lo que implica que aún no se materializan y requieren condiciones regulatorias y ambientales estables para avanzar. 

En entrevista con BNamericas, Afonso Sartorio, líder de minería y metales para América Latina de EY, comentó que las políticas de energía limpia y tendencias como centros de datos, defensa e industrialización impulsan la demanda de minerales, como cobre y litio. 

"Sin embargo, las cadenas de suministro están geológicamente concentradas y se expanden lentamente. La falta de inversión en períodos de bajos precios dejó una cartera global de proyectos insuficiente para las necesidades futuras, lo que causaría déficits hacia 2030", dijo Sartorio.

El experto añadió que quienes inviertan y desarrollen cadenas de suministro sólidas de minerales críticos se beneficiarán económica y estratégicamente en esta nueva era.