El papel de la economía circular en la minería chilena

La política minera de Chile exige a la gran industria del cobre reducir en 50% sus emisiones de CO2 para 2030 y disminuir el consumo de agua continental a menos de 10% del recurso total utilizado. 

La política especifica el modelo de economía circular como fórmula para alcanzar estos objetivos e incorporar prácticas sustentables, como el uso eficiente de recursos y la reutilización de los residuos. 

Alineada con estas disposiciones, la minera chilena de cobre Antofagasta Minerals invertirá más de US$130 millones en adecuar la mina Centinela para que use únicamente agua de mar y abandone la extracción de agua de napas subterráneas. El objetivo es que el 90% del consumo en todas sus operaciones corresponda a agua de mar recirculada a partir de 2025, señaló en un comunicado esta semana. 

Por su parte, la estatal Codelco, junto con la corporación Alta Ley, la asociación de proveedores industriales mineros Aprimin y la asociación minera Sonami, desarrollaron un instrumento para medir y gestionar la huella de carbono de los proveedores mineros.

La herramienta es una forma de motivar a reducir los gases de efecto invernadero y servirá de base al momento de tomar decisiones sobre nuevos procesos de adjudicación o compras.

La medición de las emisiones de carbono y del consumo hídrico son las principales acciones que han estado adoptando las empresas en Chile para cambiar sus modelos productivos hacia un sistema de circularidad, de acuerdo con un estudio sobre economía circular realizado por la empresa Aurys Consulting.

Sin embargo, "la industria minera todavía está en una etapa de desarrollo inicial en cuanto a economía circular. Debe enfrentar varios desafíos para internalizarla como un modelo de operación e incorporar prácticas de circularidad de manera sistemática", dijo a BNamericas Emilio de Giacomo, socio fundador de Aurys.

Es importante mirar la economía circular más allá del reciclaje y no solo como fuente de beneficios ambientales, agrega. "El foco principal no debe estar en reciclar residuos o desperdicios, sino en tratar de evitarlos o reducirlos", comentó Giacomo.

El experto en consultoría de alta dirección y diseño de estrategias corporativas remarcó que la economía circular también permite mejorar el uso de materiales, los tiempos de procesos, la incorporación de tecnologías y la reputación ante comunidades locales, profesionales y el mercado financiero, entre otros segmentos.

"Es necesario repensar y transformar los procesos industriales, considerando objetivos medibles y KPI [indicadores claves del negocio] en los procesos para que cada uno pueda ser controlado y gestionado desde el punto de vista de la circularidad", añadió.

Existe consenso en que la minería es esencial para combatir el cambio climático, de modo que la industria debe ser referente en medidas de descarbonización y reducción de impactos ambientales.