Electromovilidad ayudaría al Caribe a independizarse de los combustibles fósiles

La región caribeña está experimentando una transición hacia la energía limpia en un momento en que busca deshacerse de la pesada carga que representa el costo de importar petróleo y gas mientras su infraestructura energética se ve regularmente afectada por huracanes y terremotos.

Un elemento prometedor de esa transición —y objeto de un reciente informe publicado conjuntamente por Diálogo Interamericano, el BID y la Organización de Estados Americanos (OEA)— es la transición de los vehículos a las energías renovables.

"La transición energética debe incluir la electrificación del transporte y fuentes de electricidad con cero emisiones", dijo a BNamericas Lisa Viscidi, directora de energía y cambio climático de Diálogo Interamericano y coautora del informe. "Es la única forma de abordar el cambio climático".

Pero los obstáculos no son menores. El Caribe depende en gran medida de los combustibles fósiles importados, razón principal por la que en muchas islas se pagan precios entre los más altos por el petróleo y la electricidad.

Mientras las importaciones de petróleo refinado representan aproximadamente el 0,7% del PIB mundial, en la comunidad del Caribe (Caricom) la cifra bordea el 5%. Para las islas más pequeñas, la pesada carga que representan los combustibles podría ser aún mayor: el informe consigna que las importaciones de petróleo refinado representan el 6,2% del PIB en Barbados, el 12,9% en Bahamas y el 21,1% en Santa Lucía.

"La escala es pequeña y les resulta difícil invertir en grandes proyectos renovables, porque son mercados pequeños", explica Viscidi. Y en algunos casos "la empresa eléctrica no tiene una calificación crediticia alta y le resulta difícil financiar estos proyectos".

ELECTROMOVILIDAD PARA FOMENTAR LA RESILIENCIA

Aunque establecer la electromovilidad electrónica en el Caribe tomará años, el informe recalca la necesidad de aplicar políticas que equilibren la oferta y demanda eléctrica. Los incentivos deberían fomentar la carga de vehículos en las horas de menor actividad, por ejemplo.

Y si bien los autos eléctricos podrían poner presión sobre las redes locales, la electrificación del transporte también podría aliviar los picos súbitos de demanda. Mediante la tecnología de transferencia de carga desde un vehículo a la red (V2G), las estaciones podrían equiparse con cargadores bidireccionales que permitan a los vehículos eléctricos almacenar energía para su posterior reinyección.

En conjunto con una mayor incorporación de la generación eólica y solar a las redes locales, los vehículos eléctricos podrían servir como fuente de almacenamiento y suministro y contribuir a mitigar los picos y valles de la demanda eléctrica.

Sin embargo, persisten algunos problemas, como la tendencia de que, para ciertas aplicaciones, "los servicios V2G podrían acelerar la degradación de las baterías", advierte el informe.

A pesar de los problemas técnicos y económicos, la electromovilidad promete dinámicos beneficios al reforzar la resiliencia de la región a huracanes y otros desastres naturales.

"Es una tecnología que tiene muchas potenciales aplicaciones para robustecer al Caribe", plantea Viscidi.

"No se están utilizando actualmente para ese propósito", agrega, pero "las baterías de los buses eléctricos se pueden utilizar con fines de almacenamiento de energía".

Los buses eléctricos, por ejemplo, pueden almacenar energía y luego despacharla nuevamente a la red eléctrica durante interrupciones de servicio, después de un huracán, por ejemplo.

De esta manera, los vehículos eléctricos podrían convertirse en fuente de electricidad de emergencia, al igual que los generadores de respaldo.