El futuro de las ciudades inteligentes según Siemens

Ken Cornelius está a cargo del negocio de infraestructura de ciudad de Siemens y anteriormente fue presidente ejecutivo de Siemens One. BNamericas se reunió con él en el marco del reciente LatAm Leaders Forum que se realizó en  Miami, Florida.

BNamericas: ¿Puede mencionar algunos buenos ejemplos de ciudades inteligentes en América Latina y el resto del mundo?

Cornelius: Creo que existen algunos ejemplos reconocidos a nivel mundial: Barcelona, Copenhague, Singapur y San Francisco. Están tratando de conectar la mayor cantidad posible de cosas. Mucho tiene relación con la recopilación y análisis de datos y hacer algo con ellos. Ahora es posible conectar casi todo. Creo que hay algunos buenos ejemplos de ciudades como San Francisco, que maneja su tráfico y semáforos, de modo que si ocurren emergencias pueden ajustar los semáforos o si no quieren que las personas dejen la ciudad, pueden desacelerarlos.

En América Latina, lo que vemos en Ciudad de México son muchos sensores y la instalación de subestaciones subterráneas que solían entorpecer el paisaje. Esto también crea valor a los bienes raíces.

Nueva York es un gran ejemplo de ciudad inteligente. Demos una mirada a su sistema de tránsito. La comunicación subterránea solía ser la conversación entre choferes. El factor de seguridad exigía tener mucho espacio entre los carros. Pero ahora en Nueva York tenemos un control de trenes computacional, el que reduce el este espacio y permite más pasajeros en el tren.

BNamericas: Eso parece una solución ideal para el terrible tráfico subterráneo en la hora punta de Santiago de Chile.

Cornelius: Sí, definitivamente. Ciudad de México también busca reducir las aglomeraciones en sus sistemas de transporte. Hay otras cosas que las ciudades pueden hacer para reducir el flujo del tráfico, como el trabajo desde el hogar. Las personas tienen todas las herramientas en su hogar, pero manejan o viajan en metro a la oficina donde tienen las mismas herramientas.

Otra tendencia es que las personas se dirigen a áreas más pequeñas. La generación Y quiere vivir en ciudades donde puedan caminar a todos lados. No quieren casas grandes en los suburbios. Quieren trabajar, dormir y comer en la misma área.

Casi todo funciona mejor con densidad, con excepción de los precios de los bienes raíces. El verdadero problema de la próxima década no está en conectar la ciudad o hacerla inteligente, sino que lograr que sea un lugar asequible para vivir.

BNamericas: Uno de los principales problemas de América Latina es precisamente la densidad geográfica. No obstante, los gobiernos tienen presupuestos limitados. ¿Cómo pueden incentivar la inversión en ciudades inteligentes dado el recorte de presupuestos?

Cornelius: Si analizas proyectos de transporte en todo el mundo, no hay ninguno que se pague por sí solo, pero hacen que una ciudad sea más habitable. Las personas quieren vivir al lado del transporte. Las ciudades y sistemas de transporte buenos atraen a las personas que tienen dinero y educación, y los buenos empleos.

BNamericas: Nos estamos ahogando en datos, pero ¿cómo se empiezan a utilizar los datos para mejorar las ciudades?

Cornelius: Uber es un gran ejemplo. Solo es una aplicación que toma datos, los junta y le muestra a las personas cómo manipularlos. Para la mayoría ha sido una mejora para su vida. También es por ese motivo que General Motors invirtió US$500 millones en Lyft. Esto va a tener un tremendo impacto en los automóviles y la ciudad.

Al comienzo, Uber solo puso 16.000 autos nuevos en las calles de Nueva York. Pero ahora hay 250 millones de autos en las calles de EE.UU.; la proporción es un poco menor en América Latina, pero aún es alta. Y el auto se usa menos del 5% del tiempo, el resto solo está estacionado. De modo que si puedes hacer un uso distinto del automóvil, por ejemplo el 50% del tiempo, podrías tener un 50% menos de vehículos y un 50% menos de tráfico. Esto podría ser transformacional.

BNamericas: Ese es un buen punto. Sin embargo, el problema es que la eficiencia no resulta tan atractiva para el sector privado. Las generadoras quieren vender energía. Los fabricantes de autos quieren venderlos. ¿Cómo logramos que el sector privado participe?

Cornelius: Veamos el caso de la energía. La mayoría de las generadoras del mundo opera con una eficiencia de 30-40%. No obstante, los últimos generadores tecnológicos se encuentran en alrededor de 60% y eso significa reducir el combustible para producir electricidad, lo que tiene un tremendo impacto en los costos operacionales. Lo que impide que muchos se actualicen es que la mayoría de las generadoras ya están subvencionadas. Sin embargo, la mayoría de los estudios demuestra que una generadora de alta eficiencia se paga rápidamente.

BNamericas: ¿Cómo cree que lucirán las ciudades en 10 a 15 años?

Cornelius: Creo que estamos buscando más densidad. Los planificadores quieren ciudades más limpias, bicicletas y paseos peatonales. Quizás, no vamos a ver edificios más altos, sino que más edificios. Si analizas los datos en ciudades densas, es fácil obtener buena información sobre el consumo de energía, la huella de carbono, uso de terrenos, tiempos de viaje al trabajo; y estas cifras mejoran a medida que las poblaciones se hacen más densas, lo que ayuda a las ciudades inteligentes.

Lo que no sé es cómo esto afectará a las personas a nivel social. El sueño de la casa grande en los suburbios se acabó. Las personas no quieren eso. Toma mucho tiempo visitar un médico o ver un espectáculo. Creo que el automóvil vivirá momentos difíciles. Espero que quienes están fabricando autos autónomos tengan la precaución de probarlos bien. Unos cuantos malos incidentes podrían asustarnos a todos. Como ocurrió con la energía nuclear.

BNamericas: Por último, Chile se vio muy sorprendido con los precios bajos de la energía solar en una reciente subasta pública. ¿Es la energía solar una parte importante de las ciudades inteligentes del futuro?

Cornelius: Creo que la energía solar va a ser una parte importante. Eso no lo creía hace 10 años debido a los costos.