México
Reportaje

Planta de desalinización en México: ¿nueva propuesta, antiguos problemas?

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Planta de desalinización en México: ¿nueva propuesta, antiguos problemas?

La propuesta de la firma israelí IDE Technologies de construir una planta desalinizadora de US$5.500 millones en Puerto Peñasco, en el norteño estado mexicano de Sonora, y luego vender agua al estado fronterizo de Arizona no es nueva y ya fue rechazada adebido a diversos problemas.

En diciembre, IDE presentó a la autoridad financiera de infraestructura hídrica de Arizona, WIFA, una proporsición para suministrar 1.000 millones de metros cúbicos al año de agua salada tratada del mar de Cortés a través de un sistema de bombas y tuberías de 328km.

Al parecer, la WIFA habría estado analizando la iniciativa, pero no se han anunciado más novedades.

El proyecto también proporcionaría agua al estado de Sonora “sin afectar el volumen de agua prometido para Arizona”, según la propuesta. Sin embargo, IDE necesita un compromiso de compra por parte de las autoridades del estado de EE.UU. antes de seguir adelante con el proyecto.

En 2008, autoridades estadounidenses y mexicanas lanzaron varios estudios como parte de un plan binacional para resolver los problemas de sequía, siendo una de las propuestas una desaladora en Puerto Peñasco, dijo a BNamericas Mario López Pérez, consultor especializado y exdirector de asuntos hídricos binacionales de la autoridad nacional de agua, Conagua.

“Realizamos el estudio, el planteamiento y empezamos a evaluar que tan beneficio le resultaba para México. Desde el punto de vista tecnológico empezamos a encontrar una serie de problemas”, indicó.

“Se le dijo a Estados Unidos en aquel entonces que no era conveniente poner una desaladora ahí”, agregó.

La primera dificultad estaba relacionada con la ruta de la tubería que habría llevado el agua tratada a Arizona. “Íbamos a pasar por áreas naturales protegidas de México y de EE.UU.; ese era un tema”, afirmó López, y agregó que las autoridades estadounidenses habrían necesitado permisos de California.

La segunda fue la tecnología de desalinización y sus posibles impactos en el medio ambiente, mientras que el tercer tema estuvo relacionado con la falta de energía local suficiente para alimentar las instalaciones.

“En síntesis, poner una desaladora en cualquier punto de la costa de Sonora puede provocar un enorme impacto ambiental y un pasivo ambiental en México impresionante si lo quieren hacer y aceptar en mar de costas”, explicó.

ANTES Y AHORA

Pese a los problemas conocidos, López Pérez reconoció que 15 años después, Israel ha adquirido mucha más experiencia en desalinización y su tecnología es considerablemente más avanzada y limpia.

También reconoció que un obstáculo está por resolverse, con la inauguración de la primera etapa de la planta fotovoltaica Puerto Peñasco, que tiene capacidad para generar 120MW antes de ser ampliada a la potencia proyectada de 1.000MW para 2027.

Consultado sobre la propuesta de IDE, el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo a fines de enero que no tendría ningún problema con el proyecto siempre y cuando obtuviera todos los permisos ambientales requeridos. Sin embargo, el gobierno de Sonora anunció semanas después que ya no se reuniría con IDE para discutir la posibilidad de la planta porque la empresa estaba utilizando las reuniones para avanzar en sus negociaciones con autoridades de Arizona.

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